¿A quién
trato de engañar?
¿A quién trato de engañar si hoy me
siento más solo que nunca?, ¿A quién trato de mostrar que soy fuerte si hoy
pensé que me hablabas y mi pensamiento murió con el frío silencio?, ¿A quién trato
de convencer si ayer soñé contigo y después de mi sueño no había más que un par
de ojos aguados?.
Te diría que no he podido olvidarte,
pero la verdad es que no he querido intentarlo. Ahora sé a que saben las tardes
sin sabor. He aprendido a caminar sin ir a ninguna parte. A estar rodeado de
personas sintiéndome solo.
Si tan solo me pudiera calentar un
cerillo de los cientos que he encendido para buscarte en el humo de mis
recuerdos. Si tan solo hubiera tenido el valor de entregarte una sola de las tantas
cartas que te he escrito y que han acabado arrugadas, desdeñadas, arrumbadas en
mi bote de basura.
Si
tan solo no fuera tan necio, tan orgulloso, tan cerrado. Si hubiese podido
salir triunfal de la batalla contra mi
mismo que nunca pude superar. Si te hubiese entendido mejor, si hubiera
reaccionado a tiempo...
Pero
el hubiera no existe, las cosas son así y yo estoy aquí ahogado en un mar de
lágrimas, extrañándote, amándote, traicionándome y traicionando nuestra
promesa.
Y a cada
momento espero despertar y darme cuenta de que todo esto fue una pesadilla, y
tomar tu mano, y decirte lo mucho que te amo y te necesito y que nunca quisiera
que te apartaras de mí. Y cada noche intento soñar contigo y platicarte y que
me platiques y que riamos, y que juguemos y que hagamos todo aquello que algún
día hicimos, y no despertar jamás.
Aún tengo la
esperanza de que quizá nos demos cuenta de que la decisión que tomamos no fue
la correcta. Aún tengo la esperanza de que la decisión que tomamos realmente no
fue la correcta. No sabes lo tormentoso que es el querer hablarte y decirte que
he cambiado, que he superado mis defectos, que no volveré a fallarte y darme
cuenta de que sigo siendo el mismo.
Por último no
me resta más que aclarar que estás líneas no las escribo para que tu corazón me
escuche, las escribo para que mi corazón no calle.